2008, UN AÑO CON MUCHOS DESASTRES NATURALES

El año que acaba de finalizar fue un año histórico en lo que se refiere a la pérdida de vidas y a los daños materiales causados por desastres naturales, indicó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. El director ejecutivo de ese organismo señaló que la vulnerabilidad de la humanidad a los desastres naturales continuará en aumento si el cambio climático no es controlado.

La pérdida de vidas y los daños materiales causados por desastres naturales registrados en 2008, hizo que el año que recién termina sea considerado uno de los más devastadores de la historia, señalaron expertos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

En junio, el ciclón Nargis cobró 78 mil vidas en Myanmar, y la temporada de huracanes causó gran destrucción en el Caribe, América Central y Estados Unidos.

Durante el 2008, numerosas ciudades del mundo registraron fenómenos climáticos extremos, entre ellos inundaciones devastadoras, sequías graves y persistentes, tormentas de nieve, olas de calor y olas de frío. Por otra parte, la extensión del hielo marino del Ártico se redujo durante el verano del hemisferio norte hasta alcanzar el segundo nivel más bajo jamás registrado desde que comenzaran las mediciones por satélite en 1979.

Según calculan los especialistas de PNUMA, el costo de las catástrofes naturales se elevó a unos 200 mil millones de dólares, el doble que en 2007 y agregaron que la vulnerabilidad de la humanidad a los desastres naturales aumentará si el problema del cambio climático no es atendido seriamente.

En este sentido, los expertos destacaron la necesidad de que el conjunto de los países emprendan acciones decisivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Los eventos climáticos extremos que estamos presenciando subrayan la creciente vulnerabilidad de la humanidad a los desastres naturales, vulnerabilidad que los científicos piensan que aumentará si el cambio climático no es controlado”, señaló Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA.

FUENTE: Agencia CyTA-Instituto Leloir

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