Plantar arboles no siempre sería positivo

Si no hay una planificación previa, la forestación puede generar problemas en los ecosistemas, advirtió un investigador del Conicet en el Instituto de Matemática Aplicada de San Luis.
A primera vista la plantación de árboles sólo puede ser vista como un paso positivo, sobre todo si se considera que el avance de la frontera agrícola aceleró en el mundo la tala de bosques nativos y la forestación se ha fomentado como herramienta de secuestro de carbono para reducir el calentamiento global.
Sin embargo, el doctor Marcelo Daniel Nosetto, ingeniero agrónomo e investigador del CONICET en el Instituto de Matemática Aplicada de San Luis, alertó que las estrategias de forestación deben tener en cuenta múltiples factores para ser beneficiosas dado que en algunos casos pueden generar problemas en los ecosistemas.
Nosetto destacó la diferencia entre “reforestación”, que significa poner árboles en un lugar en el cual antes había árboles, y “aforestación”, que implica su colocación en un lugar originalmente carente de ellos. El impacto de ambas medidas puede ser bien distinto, advirtió.
Los cambios en el uso del suelo producen cambios en el balance hídrico, es decir, el agua disponible en un territorio dado. “Estos cambios pueden impactar favorable o desfavorablemente sobre el ecosistema y la sociedad según el contexto en el cual se produce el cambio en el uso del suelo”, señaló Nosetto a la Agencia CyTA.
Según el investigador, las forestaciones consumen más agua que otros tipos de vegetación y pueden restringir de ese modo su disponibilidad para otros usos. Así, en las sierras de Córdoba, Nosetto y un equipo de colegas cuantificaron que el rendimiento hídrico de las cuencas de pastizales se reduce en un 35 por ciento cuando las mismas son completamente forestadas con pinos.
Pero por otro lado, cuando las forestaciones se establecen en áreas con napas de agua superficiales, como en varias regiones de la Pampa, la mayor “evapotranspiración” de los árboles puede ayudar a deprimir los niveles freáticos y disminuir los riesgos de anegamiento, agregó Nosetto.
En este sentido, el investigador concluyó que una adecuada planificación del uso del territorio y un monitoreo frecuente de variables hidrológicas claves son herramientas previas que deben ser implementadas.
Agencia CyTA

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