Rechazo al cierre del Palacio de la Papa Frita
El Palacio de la Papa Frita, que funciona hace 60 años en el local de Av. Corrientes y Montevideo, conocido por sus exquisitas papas souflé corre peligro de ser cerrado, debido a que uno de sus socios desea alquilar el espacio a una cadena de pizzerías. Como protesta, empleados y vecinos realizaron una marcha buscando evitar que el restorán, como está previsto, deje de funcionar hoy.
Como ha sucedido con otros restaurantes o bares notables, le tocó el turno al clásico El Palacio de la Papa Frita que cerraría sus puertas, siendo desalojado, y dejando a los 52 empleados sin trabajo. Una diferencia entre el socio mayoritario y el dueño del local generó que el comercio deba cerrar para ser reemplazado en breve por una pizzería.
El restaurante que comenzó a funcionar en 1955 en avenida Corrientes 1612 rápidamente se transformó en un ícono del centro porteño, donde vecinos que trabajan o asisten a las obras de teatro o al cine, turistas y gente que especialmente concurría a pasar un cálido momento. El negocio se fue expandiendo y del local original en Lavalle 735 se sumaron los espacios de Costanera Norte (Rafael Obligado 6710) y Recoleta (Laprida 1339).
Por problemas económicos y las deudas, que derivaron en pedidos de quiebra a inicios de 2014, el empresario Ricardo Maidana compró la parte mayor del paquete accionario y lo comenzó a gerenciar hasta sacarlo del ahogo financiero. Maidana es dueño de inmobiliarias, de una parte del famoso bar Rond Point y tuvo restoranes en el Conurbano bonaerense.
Pero pese a que El Palacio de la Papa Frita se estaba recuperando, surgió un problema. Según asegura Maidana, uno de los socios minoritarios, Miguel Paz Ceminara, quien es el dueño del local, decidió alquilárselo a una cadena de pizzerías, con lo cual no quedaría más remedio que cerrar el restorán y abandonar su sede. “El 11 de mayo nos comunicaron el desalojo, que se concretaría mañana (por hoy). Me duele esta situación, es totalmente injusta. Queremos y vamos a defender este espacio. La querida calle Corrientes no puede privarse del Palacio, es protagonista de nuestra cultura. No tenerlo es como dejar a Buenos Aires sin Gardel, sin Obelisco y sin Güerrin”, aseguró Maidana.
Para defenderlo, el lunes frente al local, se congregaron vecinos, empleados y algunos famosos habitués del restaurante, en el cual además de los 52 empleados estuvieron en solidaridad los 200 trabajadores de las otras sucursales, que en total atienden por año a más de 350.000 clientes.