Un programa artístico propone dar nueva vida al corazón de Buenos Aires
“¡Cambio! ¡Cambio!”, siguen gritando los famosos “arbolitos” en la calle Florida al 900. Solo que ahora hay pocos turistas que los escuchen, en medio de las persianas bajas, los carteles de “Alquila” y “Se vende” y las baldosas sucias que desprenden un fuerte olor a pis. Apenas unas señales de la “herida narcisista” que dejó la pandemia, en una zona que supo ser durante décadas el corazón cultural de Buenos Aires.
Así lo señaló hoy el productor Javier Grosman al presentar Microcentro Cuenta, un programa gratuito que une voluntades públicas y privadas con la intención de reactivar la zona desde febrero próximo, con intervenciones artísticas multidisciplinarias. “La idea es que empiecen a armarse redes; demostrar la potencia de un lugar que no está muerto sino absolutamente vivo”, agregó el director de esta iniciativa ideada junto con Andrés Buhar, fundador de ArtHaus, que logró el apoyo de Mecenazgo, del banco Macro y de más de 45 instituciones.
“Esto trasciende la alianza público-privada. Es el resultado de una fuerte participación comunitaria, como la que venimos impulsado en el Abasto desde hace cuatro años. Los proyectos en red son los que más nos gustan”, destacó Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño, en un encuentro con la prensa en Galerías Larreta. Se anunció allí una programación curada por Graciela Casabé, directora de la Bienal de Performance, que involucrará a decenas de artistas. Entre ellos se cuentan Luis Felipe Noé, Marcos López, Alejo Moguillansky, Luciana Lamothe, Marcela Sinclair, Martín Churba, Elena Dahn y Gian Paolo Minelli.
“Vamos repetir una experiencia que ya hicimos en Rosario y en el FIBA –dijo López-, solo que ahora no voy a ser yo el que retrate a la gente. Va a ser un trabajo colaborativo entre todos los que participen de talleres, en distintas locaciones”. Una de ellas será la Fundación Klemm, en el marco de la muestra Ópera Madre, que incluye el mobiliario de María Callas.
Como parte de las actividades organizadas por instituciones, el Goethe-Institut presentará El centro ha muerto, viva el centro, exposición en el espacio público curada por Hernán Kacew y Lívia Nolasco-Rózsás que rehabitará con obras de arte locales vacíos. Una iniciativa similar ya se anticipa en un local de Galerías Larreta, donde se exhibe un proyecto de Fototeca FOLA: las fotografías de Minelli, tomadas en el microcentro durante la pandemia e intervenidas por Rafael Parratoro con realidad aumentada.
Sobre el Pasaje Tres Sargentos, Churba construirá con Guillermo Cameron Mac Lean Reparo, una trama construida con materiales reciclados de vereda a vereda, que ofrecerá sombra a los peatones bajo el ardiente sol del verano porteño. “Es una calle que me atrae desde siempre, por todos los sucesos culturales y artísticos que pasaron en ella y alrededor –dijo Churba-. Yo pude vivir desde Paladium para acá, y sé de todo lo que fue el Bárbaro… Y también la proximidad con el Di Tella y todo ese circuito en el que me hubiera gustado tanto ir a hacer un poco de sociales. Se trata de rescatar ese espíritu del microcentro, a través del Florida Garden y de todo lo que nos toca todavía, que existe y que vive”.
“Los sábados a la mañana, esto ardía”, aseguró Valeria Fiterman al recordar visitas infantiles a la llamada “Manzana Loca”. Hoy codirige con Fernando Ezpeleta la Fundación Klemm, una de las instituciones que aun resisten con una intensa programación cultural. A pasos de allí funcionó bajo tierra la galería Ruth Benzacar, hasta su mudanza a Villa Crespo en 2014. También permanece cerrada la sede del Centro Cultural de España en Buenos Aires (Cceba), sobre Florida 943, otro subsuelo que antes alojaba la Librería Española y fue rediseñado por Clorindo Testa.
“También estaba la Galería del Este, que era un escándalo -recordó Ezpeleta-. Había disquerías, casas de diseño de ropa, joyería…” Allí también tenían un local los padres de Grosman. “Yo me crié conceptualmente acá, mi decisión de involucrarme con el arte comenzó acá”, confesó el director de Microcentro Cuenta.
Fue él quien ideó este proyecto junto a Buhar, pionero en la iniciativa de revivir la zona. “Porque no hay nadie, justamente tiene un sentido. Si estás en un lugar con mucho ruido, no te escuchan“, observó este último al explicar por qué decidió, en plena pandemia, construir un centro cultural en pleno microcentro. “¡Estás loco!”, le decían cuando contaba su idea en 2020. Hoy, señala, hay varios edificios que alojaban bancos y oficinas que se están reconvirtiendo en viviendas. “Quienes vivan ahí van a necesitar lugares de esparcimiento”, agregó, con visión de futuro.
En ese sentido, Avogadro recordó que la nueva transformación cultural del barrio está en sintonía con la lógica de las “ciudades de los 15 minutos”. Una forma de vida que cobró mayor fuerza después de la pandemia, ya que busca resolver las necesidades básicas en un radio que no requiera más de ese tiempo de traslado. Ahora las palabras “cambio, cambio”, que inspirarán en febrero la performance Lírica y cambiaria de Hernán Marina, parecen cobrar nuevos sentidos.
Microcentro Cuenta, programa de activaciones artísticas presentado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, con apoyo de Banco Macro y en alianza con instituciones públicas y privadas. Del 2 al 12 de febrero, a partir de las 18 y con acceso gratuito entre la Avenida Santa Fe y Avenida de Mayo, y entre Avenida 9 de Julio y El Bajo. La programación completa está disponible en vivamoscultura.buenosaires.gob.ar.