En 2022 se registraron los índices más bajos de homicidios dolosos de los últimos 28 años en Buenos Aires
En 2022 hubo 88 homicidios dolosos en la Capital, la cifra más baja de los últimos 28 años y un 14% menos que en 2019, la última medición previa a la pandemia. La tasa de asesinatos fue de 2,86, la más baja de América latina y la segunda en todo el continente, solo detrás de Ottawa, Canadá. Así surge del Mapa del Delito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La estadística revela un descenso en los índices criminales en general. Los robos, que son los delitos que miden “la temperatura” de la inseguridad urbana, sumaron 56.682, un 10% menos que en 2019, cuando se contabilizaron 62.829, y un 20% menos que en 2016 –primer año sistematizado por el Mapa del Delito, creado por la Ley de Seguridad Pública Integral y publicado en 2017–, cuando se registraron oficialmente 71.226 hechos.
También bajaron, de forma notoria, los robos de autos, los asaltos con arma de fuego y los delitos cometidos por motochorros.
La omisión de las cifras de 2020 y 2021 en la comparación no es un error, afirmaron las autoridades porteñas. Se tomó en cuenta que la pandemia de coronavirus y el consecuente decreto de aislamiento social preventivo y obligatorio –que redujo dramáticamente la circulación de personas y vehículos– impactaron en las cifras criminales y determinaron una baja atípica en las tasas delictivas.
Para consolidar la información, según se explicó, se realizará una auditoría durante el primer trimestre del año, complementada por una encuesta de victimización, lo que permitirá “contar con otra fuente alternativa para evaluar la tendencia delictiva”.
En el resumen ejecutivo de la presentación del Mapa del Delito 2022 se afirmó que la baja sostenida en los índices de homicidios dolosos “es el resultado de una política implementada con la creación del Sistema Integral de Seguridad Pública y un método de trabajo que modernizó y unificó el abordaje de la lucha contra el delito, con más policías en la calle, más capacitación, equipados con la mejor tecnología, cercanos a la gente y con un control de gestión civil”.
Las cifras revelan que en 2022 se quebró el piso de 100 homicidios dolosos por primera vez desde 1995. En 2019 habían sido 102; en 2020, 127, y en 2021, 103. La merma con respecto a 2016 –cuando se contabilizaron 146 asesinatos– es del 40 por ciento. La tasa de homicidios dolores cada 100.000 habitantes fue de 2,88, por lo que el año pasado también se superó la barrera de 3, registrada hace 28 años, lo que hace de Buenos Aires la segunda capital nacional más segura del continente americano.
El detalle aporta algunas singularidades. Por ejemplo, uno de cada seis homicidios dolosos se produjo en la villa 1-11-14; en ese enclave del Bajo Flores las organizaciones transnacionales dedicadas al narcotráfico –especialmente, clanes de origen peruano y paraguayo– aún dirimen a sangre y fuego sus disputas territoriales vinculadas con el control de la comercialización y distribución de estupefacientes, con un poder y alcance que, incluso, se expande más allá de las fronteras porteñas y extiende sus tentáculos al Gran Buenos Aires y al resto del país.
Los especialistas en crimen organizado señalan que las banda del Bajo Flores controlan, incluso, la logística del contrabando de cocaína y marihuana que obtienen, a través de canales propios, en Perú, Bolivia y Paraguay. En ese territorio del sur porteño –que incluye la villa 1-11-14 y los barrios Rivadavia e Illia, donde todavía están asentadas las fuerzas federales en materia de prevención– se pasó de 5 homicidios en 2019 a 14 en 2022, lo que representa un aumento del 180 por ciento.
Como contrapartida, se explicó en el informe del Mapa del Delito, en los barrios 31 y 31 bis, de Retiro –que años atrás también experimentaron una explosión de violencia relacionada con las disputas de bandas narco– la cifra de homicidios dolosos se redujo un 64%: pasó de 14 casos en 2019 a 5, en 2022.
El año pasado también bajaron drásticamente los femicidios en la Ciudad: hubo 5 hechos. A diferencia de lo que ocurrió con otros delitos, los femicidios sí aumentaron durante la pandemia. Mientras que en 2019 se registraron 10 casos (el doble que el año pasado), en 2021 se contaron 15. La tasa de femicidios fue de 0,31, una de las más bajas del país y tres veces menor que el promedio nacional de 2021, que fue de 0,99, según los datos de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La tasa general de robos y hurtos se redujo un 10% con respecto a 2019 y se situó por debajo de los 57.000 casos. Hubo, además, otros datos alentadores al respecto. Fue fuerte la reducción de delitos contra la propiedad en los que se usaron armas de fuego: un 36% en la comparación 2019-2022 (13.599 y 8724 hechos, respectivamente) y un 55% menos que en 2016, cuando se contabilizaron 19.554 robos con uso de armas. El año pasado, el asalto a mano armada representó el 15% del total de robos.
También fue importante la caída en las cifras del robo automotor. Según los datos del Mapa del Delito, bajaron de 1424 en 2019 a 763 en 2022, una reducción del 46%; el salto llega al 78% en la comparación con 2016, cuando se reportaron 3465 hechos.
Los robos protagonizados por motochorros también retrocedieron en la ciudad, según los datos oficiales difundidos. En 2022 hubo 5072 casos, un 46% menos que en 2019 (9360 hechos) y un 47% menos que en 2016, año en que se contabilizaron 9511.
El Mapa del Delito es presentado como “una herramienta de gestión dirigida a la recopilación, procesamiento y análisis de la información concerniente a las actividades delictivas que se desarrollan en el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” que tiene como finalidad:
Avanzar en la elaboración de un diagnóstico certero de las causas y procesos que confluyen en los hechos delictivos registrados en las distintas Comunas.
Contribuir a la elaboración de estrategias de prevención y conjuración del delito.
Promover un direccionamiento estratégico de los recursos humanos y logísticos de los servicios de seguridad.
Favorecer una respuesta oportuna a los requerimientos de la población en materia de seguridad.
Según explicaron fuentes oficiales, forma parte de la “Política Pública de Seguridad de la Ciudad para prevenir y bajar el delito”, que se vale de las siguientes herramientas y recursos:
Policías en la Calle: entre el personal de comisaría y el de distintas áreas (Investigaciones, motorizada, barriales) se desplegaron más de 19 mil efectivos. El Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad controla online la totalidad del despliegue territorial del personal.
Formación: se profundizó el plan de formación de los nuevos policías en el Instituto Superior de Seguridad Pública con un plan de carrera de dos años.
Patrullaje: se mantuvo el modelo de patrullaje por el cual cada esquina es recorrida al menos cada hora por un móvil policial.
Tiempos 911: se optimizó la atención en el centro 911, con un tiempo de respuesta dentro de los 4 segundos, y un promedio de 6000 llamadas por día. A su vez, en los casos graves, el primer policía llega al lugar de la emergencia en menos de 5 minutos, en promedio.
Evaluación de Gestión: mediante la planificación, el seguimiento, la auditoría y el control del trabajo en las comisarías y dependencias policiales, los resultados en la prevención del delito y despliegue territorial son evaluados semanalmente.
Tecnología: En toda la Ciudad hay más de 15 mil cámaras que integran el Sistema de Video Vigilancia (eran 2000 en 2018) y son monitoreadas por el Centro de Monitoreo Urbano de Chacarita (CMU), uno de los más grandes de Latinoamérica. También desde el Centro de Monitoreo “9 de Julio” para las cámaras de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, desde el Centro de Monitoreo Puerto Madero (para dicho barrio), y de las Oficinas de Monitoreo del Barrio 31-31 Bis y del Barrio 21-24/Zavaleta.
Cámaras en Patrulleros: 200 patrulleros de la Policía de la Ciudad sumaron un nuevo sistema de grabación de video que permite seguimiento en tiempo real desde el CMU.
Anillo Digital: es un sistema de control para identificar a los vehículos que utilizan todas las entradas y salidas de la Ciudad, a lo largo de la Av. General Paz y puentes sobre el Riachuelo. Incluye dos centros de monitoreo (La Noria-Sur y Balbín-Norte). Cuenta 740 lectoras de patentes y 120 cámaras de video.
Transformación Digital: se pasó de un sistema analógico a uno digital que involucró a los procesos de cada aspecto del funcionamiento del Ministerio y sus áreas, la integración de los distintos sistemas y la implementación de un cambio cultural en el personal policial y civil. Todo esto se volcó en un Método y Tablero de Gestión de Gobernanza, una plataforma donde convergen todos los sistemas.