5 diferencias entre la Plaza de Mayo de hoy y la de 1810
Se conmemoró un aniversario más del 25 de Mayo, cuando la Primera Junta de Gobierno declaró el primer gobierno patrio, y la actual Plaza de Mayo fue el centro de la expectativa de los vecinos de la ciudad de Buenos Aires.
Pero, hay que decir que hace 213 años la plaza era muy diferente a como la conocemos ahora, incluso tenía otro nombre y hasta estaba dividida. Por eso es interesante señalar las diferencias más importantes con el emplazamiento que conocemos hoy.
Las 5 diferencias con la Plaza de Mayo de 1810
1. Una plaza dividida y con dos nombres
La plaza de 1810 estaba atravesada por una recova, ubicada a unos metros de la actual Pirámide de Mayo. Del lado hacia la Casa Rosada, se llamaba Plaza del Fuerte, y del lado hacia el Cabildo, Plaza de la Victoria. Este último nombre era reciente: se decidió llamarla así tras repeler la segunda invasión inglesa, de 1807, en reemplazo de Plaza Mayor. El virrey Joaquín Del Pino autorizó su construcción en 1801, con el objeto de darle lugar a los vendedores de carnes, frutas y verduras. Este emplazamiento se derrumbó en 1884, cuando se fusionaron ambas plazas, y ello supuso el fin de la imagen de la ciudad colonial.
2. Una plaza multiuso
La Plaza de la Victoria era un espacio realmente multiuso. Se llevaban a cabo ceremonias religiosas y oficiales, estaba el mercado, estacionamiento de carretas, corridas de toros, y hasta ejecuciones públicas o cepos de castigo. Incluso los martes se jugaba a la lotería. Los pibes hacían otro uso del lugar (y en las cuadras adyacentes): competían a la payana, a la escondida, al gallito ciego y a la escondida. Para los millenials: la payana consiste en que los participantes deben hacer diferentes combinaciones con cinco piedritas que lanzan al aire y deben recoger mientras caen, agarrando al mismo tiempo otras que están en el suelo. Una competencia que se recuerda en los colegios de hasta fines del siglo XX.
3. Una plaza que daba a otro Cabildo
El Cabildo de Buenos Aires, que hasta ese momento suponía un cuerpo colegiado que tomaba decisiones bajo la supervisión del virrey de España, era otro edificio al que vemos hoy. De hecho, fue reconstruido en 1940, con tres arcos menos por lado, para darles lugar a las avenidas De Mayo y Julio A. Roca. Aquel Cabildo incluso era de tonalidad amarilla, no blanco como ahora, y tenía hasta una cárcel.
4. Una iluminación más romántica
La plaza estaba iluminada, pero con velas de cebo, dentro de faroles de vidrio. Por aquella época en las casas abundaban los candeleros (para una sola vela) o los candelabros (para varias). En rigor, el primer suministro de electricidad, destinado al alumbrado público de Buenos Aires, se llevó a cabo en 1887, bajo la intendencia de Torcuato de Alvear.
5. Una plaza, punto neurálgico de un barrio
La Ciudad de Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre (tal su designación en la época colonial) contaba en ese entonces con apenas 40.000 habitantes, el equivalente actual al barrio de Monserrat (que abarca desde el bajo hasta la avenida Entre Ríos, y desde Independencia hasta Rivadavia). Hoy Buenos Aires cuenta con nada menos que 48 barrios (y una población cercana a los 3 millones de habitantes). El estadio de River Plate, con capacidad para 83.000 espectadores, podría albergar dos veces a aquella población.