El Mirador Massue combina su faceta antigua con la moderna

En el barrio porteño de San Nicolás, lindero al Palacio de Tribunales y a pocos metros del Teatro Colón, se encuentra un llamativo edificio que combina lo antiguo con lo moderno: el Mirador Massue.

Esta construcción centenaria, de la cual solo se conserva un pequeño sector, se convirtió en un ícono de la Ciudad de Buenos Aires, por el estilo de su arquitectura y todas las utilidades que se le dio con el paso del tiempo.

Y, aunque muchas personas están en desacuerdo con la combinación de estilos que luce el Mirador Massue en la actualidad, hay quienes lo aceptan, porque al menos no se demolió la totalidad de la edificación original.

Bajo las indicaciones del arquitecto Alfred Massue, en la esquina de las calles Tucumán y Talcahuano de la Ciudad de Buenos Aires, se construyó, a partir de 1903, el Mirador Massue.

El edificio, que presentó un diseño muy innovador, con múltiples esculturas adosadas en su fachada, se diseñó para albergar departamentos de alquiler, administrados por David Costaguta.

Curiosamente, gran parte de la obra quedó finalizada antes de que, a pocos metros, se avanzara con la construcción del actual Palacio de Tribunales. Es por eso que, en las fotos más antiguas, el mirador aparece como el único edificio de altura en el lugar.

Finalmente, las instalaciones se inauguraron en 1908 y cientos de personas lograron recorrer sus pasillos, que estaban comunicados con dos entradas distintas.

Es decir, el Mirador Massue disponía de un acceso por Talcahuano, que permitía ingresar al punto desde donde se podían apreciar vistas panorámicas y, al mismo tiempo, ofrecía otra puerta de entrada por la calle Uruguay, utilizada para quienes se dirigían a los departamentos.

Antes de precisar en qué año comenzó la transformación del Mirador Massue, es importante recordar qué utilidad tuvieron los amplios espacios cerrados de la famosa torre.

Es decir, además de tener, en sus comienzos, áreas residenciales, gran parte de sus 14 pisos se utilizaron, años después, como oficinas o puntos de reunión.

Al mismo tiempo, hay quienes todavía recuerdan que, durante décadas, en la planta baja de este edificio estuvo el café Fuji, que era propiedad de una familia japonesa y sorprendía con el lujo de sus instalaciones.

A mediados de 1989, 86 años después del inicio de la obra que concluyó con la inauguración del Mirador Massue, se determinó que gran parte de la torre se debía demoler, para dar paso a un edificio de oficinas moderno.

De esta manera, la construcción de una torre de gran altura, que resalta con su fachada de vidrio, se realizó junto al mirador original de la esquina, que aún conserva algunos detalles de su diseño original.

Es por eso que en la actualidad, este edificio, que hoy se llama Tribunales Plaza, es una combinación curiosa de estilos. Y, en el terreno, que alberga una construcción de 5.291 metros cuadrados, todavía sigue viva la polémica entre la modernidad y la historia.

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