Festival Internacional de Buenos Aires
Diez días enteramente dedicados a las artes escénicas en diversos formatos y en distintos puntos de la ciudad. Eso es lo que propone el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), que en su 15° edición presenta un amplio abanico de actividades con acceso gratuito en salas, espacios culturales, sitios no convencionales y lugares al aire libre. La programación cuenta con 275 funciones entre las que hay 35 producciones y coproducciones internacionales, más de 120 proyectos nacionales (estrenos y piezas previamente representadas), y más de 1100 artistas en acción en las 45 sedes.
La pandemia generó un profundo impacto en las formas de crear, disfrutar y compartir arte. Desde sus inicios en 1997, el festival fue adaptándose a diferentes contextos: si en 2021 el objetivo era hacerle frente al Covid con una apuesta fuerte a la virtualidad y los formatos híbridos, en 2022 la apertura de fronteras habilitó un panorama mucho más alentador y la premisa es continuar imaginando el teatro del futuro desde la contemporaneidad sin dejar de explorar la historia. “Esta edición es muy diferente a la anterior. Con las fronteras abiertas y los viajes cada vez más flexibilizados, pudimos garantizar la venida de artistas y programadores a nuestro país”, celebra Federico Irazábal, director artístico del FIBA.
El gran escenario es, como cada año, la ciudad. La noción de “festival situado” está vigente en los festivales contemporáneos de todo el mundo y en el FIBA se viene trabajando fuertemente desde 2017. Los espacios en los que se desarrolla el evento son pensados no sólo como sede sino también como tópico. “Este año nos enfocamos en el microcentro, un área clave por todo lo que significa para la cultura argentina. Yo tengo 48 años y mi infancia consistía en ir a los cines de Lavalle. Al mismo tiempo, tenés el Instituto Di Tella, el estreno de Esperando a Godot en 1956, el nacimiento del teatro argentino con los Podestá a fines del siglo XIX. Ahí se gestó nuestra cultura, los grandes nombres de la escena salieron en su gran mayoría de esa zona geográfica”.
Es por eso que la apertura se desarrolló el viernes 25 sobre la calle Florida, con el evento Punto de Partida FIBA 2022 bajo la coordinación artística de Los Pipis, compañía conformada por Matías Milanese y Federico Lehmann, encargados de condensar el espíritu del festival en una performance duracional. “Desde nuestra compañía siempre nos interesó pensar desde cero los mecanismos escénicos, indagar en lo híbrido. Que nos hayan convocado para realizar la coordinación artística y la dramaturgia general del evento fue un desafío enorme. Toda la dramaturgia está pensada desde un lugar marica y disidente, y toma como eje principal el tiempo y el futuro, generando desde la ficción la ilusión de encuentro entre artistas clásicos que marcaron la historia del arte en Buenos Aires y artistas contemporáneos comprometidos con las necesidades de la escena actual”, comentan Milanese y Lehmann.
La banda de improvisación rítmica La Grande, dirigida por Santiago Vázquez, se presenta en la esquina de Florida y Lavalle con un show que será intervenido por referentes de la escena local: Mike Amigorena, Muriel Santa Ana, Alejandra Radano, Carlos Casella y Amal, entre otrxs. Además, desde Av. Corrientes hasta Av. Córdoba, un grupo de performers, bailarines y músicos fusionarán lo presencial con lo digital, invitando al público a escanear un código QR para completar la experiencia. “Nosotros venimos explorando las combinaciones de lo súper conocido con lo desconocido, lo virtual con lo presencial, las dramaturgias disidentes o queer con la escena mainstream más convocante. Por un lado, el evento rescata la importancia histórica de Lavalle y Florida y, por otro, incorpora la herramienta tecnológica que proporciona un punto de vista particular”, dicen los coordinadores.
La tecnología es uno de los grandes ejes sobre los que se estructura el festival, pero Irazábal aclara: “No somos fanáticos de la tecnología o la virtualidad. Simplemente tratamos de pensar qué de todo eso que se exploró durante 2020 y 2021 con los formatos híbridos podría llegar a tener continuidad y sumarse a lo escénico como complemento. Hay muchos artistas o espectadores que se resisten a ese universo, pero en el FIBA hay propuestas pensadas para todos. Está lo virtual, lo híbrido y lo analógico”. Entonces, el público podrá encontrarse con un espectáculo como Habitación Macbeth, que es pura corporalidad a cargo de Pompeyo Audivert, pero también con un avatar que interactúa con los espectadores en el caso de Livestream dSimon (Suiza).
La programación internacional cuenta con 35 proyectos en diversos formatos creados por artistas de Alemania, Italia, Suiza, Francia, España, Corea, Japón, Chile, Reino Unido, Canadá, Portugal y Uruguay. Habrá compañías internacionales que exhibirán sus producciones en distintas sedes, y también cruces entre artistas nacionales y extranjeros.
Glory Wall (Italia), pieza de Leonardo Manzan ganadora del Premio a la Mejor Obra del 48º Festival Internacional de Teatro organizado por La Biennale di Venezia, se presentará en Dumont 4040 y aborda el tema de la censura a partir del quiebre de algunas convenciones: una pared con agujeros que separa la platea del escenario y la participación activa del público. Granada (Chile) propone la transformación del paisaje en espacio escénico: la audiencia reunida en Plaza Sicilia observará la acción a distancia y escuchará la voz de una mujer que narra la historia de la única violación no impune del Olimpo, la de Perséfone en manos de Hades. I AM (VR) (Alemania) es una instalación de realidad virtual creada por Susanne Kennedy y Markus Selg junto a Rodrik Biersteke, que invita a explorar dimensiones teatrales inmersivas y se presentará en el Teatro Regio.
Entre las colaboraciones figuran L’Avenir (Francia), de Clément Bondu, que narra las andanzas de un nuevo tipo de refugiados obligados a recorrer una Europa devastada (podrá verse en Dumont 4040 y contará con la participación de la actriz Luz Quinn y el músico CRUZ, ambos artistas locales); Ceci Est Une Rencontre (Suiza), de Marthe Krummenacher, un proyecto en el que la coreógrafa montará una versión local de la pieza con la Compañía de Danza de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) en esa institución; y Teatro de Excepción: La Tristeza, El sujeto asocial, El futuro y Los árboles, de Lisandro Rodríguez, una coproducción con elenco italiano junto a Emilia Romagna Teatro que podrá verse en Estudio Los Vidrios y parte de una pregunta: ¿dónde buscamos la teatralidad para este nuevo mundo?
La programación nacional incluye 15 proyectos coproducidos a estrenar en esta edición. El menú ofrece performance, danza, recorridos urbanos, sitios no convencionales, teatro in door analógico y teatro documental. Además, hay proyectos ya estrenados que se presentaron en convocatorias abiertas y fueron seleccionados por un comité integrado este año por Ivanna Soto, Mercedes Méndez y Rakhal Herrero junto a Irazábal. Los proyectos analógicos podrán verse en las distintas sedes y los digitales en la sección Escena Audiovisual de la web Vivamos Cultura.
¿Cómo llegar a aquellos públicos a los que ciertas estéticas y ciertos lenguajes no están llegando? Esa es la pregunta que se formuló Irazábal desde la perspectiva curatorial. “La idea es salir a buscar a ese público que quizás no disfruta de una obra convencional de una hora y media en una sala porque no lo tiene en su sistema de expectativas, pero sí de una experiencia escénica situada en su barrio, asociada a un recorrido urbano o a una performance que puede durar una hora o diez minutos”, explica.
En esta edición hay varios recorridos performáticos: por el Cementerio de la Chacarita, de la mano de Analía Couceyro sobre cuentos de Mariana Enriquez (Nada de carne sobre nosotras); por la calle Corrientes hasta el Rojas, de la mano de Tiziano Cruz (Soliloquio. Me desperté y golpeé mi cabeza contra la pared); por el barrio de Once hasta el IFT, de la mano de Gaby Blanco (Soy teatro); y por la Reserva Ecológica Costanera Sur de la mano de Silvina Grinberg, a partir de un diálogo entre danza y biología (Helena Rodante: lugar secreto). Y otros con participación extranjera como Real Heroes (Italia), pieza itinerante que parte de la Plaza República Federativa del Brasil y narra episodios claves en la historia contemporánea italiana y chilena, o El viaje (Suiza, Brasil y Argentina), recorrido site specific con auriculares desde el Obelisco.
Asociada a las tecnologías y los espacios no convencionales aparece la dimensión participativa, pero hay opciones variadas. “Si el público tiene ganas de ser centro, puede serlo. Pero nadie te violenta. En el caso del espectáculo de Fernando Rubio (Donde empiezan las cosas que son importantes), podés ir a contar tu historia o bien a escuchar desde el lugar más tradicional de espectador pasivo las historias que otros quisieron contar”, advierte Irazábal.
En cuanto a la línea estética, el menú incluye propuestas para todos los gustos: obras tradicionales, piezas en las que prima lo poético, proyectos que abrevan en el biodrama y exploraciones que dialogan con otras disciplinas. También se presentarán algunos hitos como Open House (de Daniel Veronese) en el Teatro Sarmiento –a 20 años de su puesta original– y La omisión de la familia Coleman (dirigida por Claudio Tolcachir), celebrando dos décadas desde su estreno en Timbre 4, el espacio donde fue concebida.
El FIBITA es la programación pensada para las infancias y su segunda edición está casi íntegramente dedicada al teatro de objetos. Participa el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín en la nueva sede del CTBA ubicada en Mataderos, y la compañía de Omar Álvarez presenta tres de sus últimas producciones en NÜN Teatro-Bar: Mundo Bilina, Tic Tac, el héroe del tiempo y El soldadito de plomo, con voz en off de Alfredo Alcón.
Entre las Actividades Especiales se realizan rondas de preguntas y respuestas después de algunas funciones internacionales, en El Cultural San Martín hay un diálogo con directores organizado junto a la Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina (APDEA), y en El Método Kairós se presenta la Colección Antología de Autoras Argentinas con participación de la Comisión Editorial de la Colectiva de Autoras y representantes del CELCIT. También hay una conferencia sobre dramaturgia y lenguas indígenas y una masterclass sobre artes performáticas en modo virtual.
Otro pilar está asociado a las alianzas internacionales. El director explica que en los últimos años las dinámicas fueron cambiando en todo el mundo y el FIBA acompañó esas transiciones. “Desde Europa esto responde a cuestiones ambientales pero también económicas: antes se pensaba en grandes viajes de las compañías en barcos, con todo el vestuario y la escenografía; hoy se piensa mucho más en un diálogo participativo entre ambas partes”. En ese marco se inscriben secciones como Laboratorios o Mercado/FIBA, que apuestan a la creación de proyectos a partir de los cruces entre artistas locales y extranjeros. Los acuerdos con el Festival Iberoamericano de Teatro, el Festival Cádiz en Danza y el Teatro L’Artesà de Barcelona permiten, por ejemplo, la circulación de artistas latinoamericanos en España (Tamara Cubas de Uruguay, Fernando Rubio de Argentina y Manuela Infante de Chile).
La entrega del Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia organizado junto al Centro Cultural Rector Ricardo Rojas (UBA) ya es un clásico. El objetivo es estimular la producción de autores argentinos o residentes menores de 36 años. Las obras ganadoras son publicadas por la editorial Libros del Rojas y el Primer Premio se estrenará en FIBA 2023, coproducida por ambas instituciones. Este año se presentan las creaciones de Carolina Mazzaferro y Natalia Buyatti –ganadoras del premio 2022– y se estrenará Rey Magnum Leopoldo de Naomi Stein, proyecto ganador en 2021.
El evento de clausura está previsto para el 6 de marzo a las 20.30 en el Teatro Coliseo, donde se presentará Réquiem, la última cinta del Grupo Krapp. Se trata de una antología de canciones de la prestigiosa compañía argentina de danza. En clave de concierto performático, este réquiem rememora a Luis Biasotto, integrante y fundador fallecido en 2021. “Pondremos una bomba a todas las obras de Krapp y uniremos los fragmentos en una nueva: un concierto performático. No se trata de un homenaje para ese que murió, sino de una obra hecha junto a él. Una pieza improbable entre la vida y la muerte. Acaso una nueva forma de estar juntos”, definió la compañía. En sintonía con el espíritu de esta edición, el Grupo Krapp presentará su pieza como una manera de recuperar un legado para mirar hacia el futuro.
* Las entradas son gratuitas, con reserva previa online en la web Vivamos Cultura dos días antes de cada espectáculo (desde las 14). Se podrá reservar una entrada por persona por función.