Modificaron la Ley Basura Cero y ahora se vuelve a poder quemar basura
La Legislatura aprobó modificaciones a la ley de Basura Cero para volver a habilitar la quema de basura en la Ciudad. De esta forma, se lograría generar energía. Esto genera un gran disenso entre los ambientalistas y cartoneros que se oponen a esta medida.
La Legislatura porteña modificó por 36 votos a favor y 22 en contra la ley de Basura Cero. Ahora podrá instalar plantas de termovalorización, que transforman los residuos en energía. Hubo una polémica con la oposición y reclamos con escándalo de ambientalistas y cartoneros.
La Legislatura aprobó ayer el proyecto del Ejecutivo que habilita la incineración de basura para transformarla en energía, en un proceso llamado termovalorización. Entre protestas, gritos y hasta la marcha fúnebre, la ley se sancionó en una sesión teñida de escándalo, con 36 votos a favor y 22 en contra.
El proyecto aprobado propone modificar la ley de “Basura Cero”, votada en 2005, en la que justamente se prohíbe quemar residuos. Organizaciones ambientalistas y cooperativas de recicladores urbanos se oponen al proyecto: dicen que afectará la salud y el medio ambiente, y que provocará la pérdida de puestos de trabajo.
Según el texto, la incineración se hará en hornos controlados. El nivel de emisiones será fiscalizado por un organismo que se creará para ese fin.
El texto había sido debatido previamente en las comisiones de Obras y Servicios Públicos, que encabeza el legislador Gastón Blanchetiere, y de Ambiente, que preside la diputada Mercedes de las Casas. Fuentes de esta última comisión adelantaron a este diario que las plantas podrían instalarse en la provincia de Buenos Ai- res, y que queda abierta la posibilidad de abrir otra en la Ciudad, previo paso del proyecto por la Legislatura.
Para la sesión de ayer, el oficialis- mo tenía los votos del bloque Vamos Juntos (34 diputados) y sumó los del GEN, de Sergio Abrevaya, y Marcelo Depierro, de Mejor Ciudad.
Uno de los espacios que se opuso al proyecto fue SUMA+, que representa a Martín Lousteau en territorio porteño. “Estas modificaciones significan un retroceso perjudicial para el ambiente y la salud de los porteños”, resaltó Inés Gorbea, presidenta del bloque. Y propuso en cambio que se invierta en masificar la recolección diferenciada de recursos orgánicos puros. Gabriel Solano, del PO-FIT, adelantó por su parte que apoyará la presentación judicial para declarar inconstitucional el plan.
Del lado de los que aprobaron la medida están, entre otros, Francisco Quintana (PRO) y Sergio Abrevaya (GEN). El primero destacó que la incineración de residuos “permitirá acercarnos a una solución para el problema de los rellenos sanitarios”. Y Abrevaya señaló que “la alternativa a termovalorizar es seguir enterrándole al Conurbano, y eso está mal. Los basurales son la mayor fuente de contaminación imaginable”.
Greenpeace, por su parte, aseguró que el plan es perjudicial desde los puntos de vista ambiental, económico y sanitario. “Quemar basura pone en riesgo la salud de quienes vivan en las zonas aledañas a las plantas de incineración y hasta puede tener efectos potencialmente cancerígenos”, advirtió Leonel Mingo, coordinador de campañas de la ONG.
Tampoco están de acuerdo los recicladores urbanos. Alejandro Valiente, del equipo técnico de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y
Recicladores (FACCyR), sostuvo que “esa forma de tratar los residuos podría ser muy grave para el medio ambiente y los recicladores, que verán en peligro sus fuentes de trabajo”.
De cualquier forma, Blanchetiere aclaró que sólo se incinerarán residuos que no hayan podido ser reutilizados. “Agregamos esta salvedad en uno de los artículos después del pedido de legisladores opositores”, aseguró a este diario.
Valiente, sin embargo, descree: “Algunas de las cosas que más energía dan son los papeles, los cartones y los plásticos. Quemar sólo la fracción no reciclable no les daría nada”. En la misma línea opinó Mingo: “En la práctica se quema lo reciclable porque genera más combustión”.
Además de la incineración, el proyecto de ley contempla cambiar los plazos en el cronograma de reducción de los desechos que se depositan en rellenos sanitarios. De acuerdo a la norma votada en 2005, las metas eran disminuirlos en un 30% para 2010, 50% para 2012 y 75% para 2017. En el texto que se aprobó ayer los objetivos en cambio son de 50% para 2021, 65% para 2025 y 80% para 2030.
“Cuando se redactaron las metas no se tuvieron en cuenta los residuos generados en obras ni el hecho de que aumenta la cantidad de basura cuando crecen la actividad económica y el número de personas que llegan a la Ciudad”, explicó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.