Buenos Aires podría convertirse en una ciudad de 15 minutos
Ciudades de 15 minutos es un movimiento que está cobrando fuerza después de la pandemia para incentivar a que las grandes metrópolis vean la salida de la cuarentena como una oportunidad de reorganizar el estilo de vida de sus habitantes, de modo que no necesitemos trasladarnos más de 15 minutos para resolver cualquier cosa: desde ir a trabajar, hacer compras, salir a tomar algo o ir al médico y hasta visitar a la familia y a amigos.
Se trata de una propuesta de reordenamiento espacial y de uso de los recursos a la que están adhiriendo distintos municipios con la visión de convertir los barrios en ciudades policéntricas. Antes de la pandemia, París adoptó este modelo y tras la pandemia cada vez más gobiernos locales están evaluando medidas en ese sentido, a contramano de los modelos urbanísticos que reinaron en los últimos 100 años.
En diciembre pasado, el Gobierno de la Ciudad estaba terminando su plan de acción climática para presentar ante el C40, que es una coalición internacional de 97 ciudades que toman acciones concretas para lograr alcanzar a nivel local los objetivos del Acuerdo de París. Buenos Aires se propone acelerar su acción climática para alcanzar en diez años una reducción del más del 50% de sus emisiones. Esta meta intermedia la posiciona entre las ciudades más ambiciosas en la reducción de emisiones. ¿Qué significa esto para los porteños?
“Nos propusimos trazar una ruta clara que nos permita alcanzar una reducción de más del 50% de nuestras emisiones para el 2030 y lograr la carbono neutralidad en 2050, aumentar nuestra capacidad de adaptación y garantizar una distribución justa y equitativa de los beneficios” explicó Eduardo Macchiavelli, secretario de Ambiente porteño.
Para determinar el objetivo de reducción se tomó como base y referencia el Inventario de gases de efecto invernadero (GEI) de 2015. En ese año, la Ciudad registró 13.100.079 toneladas de CO2 equivalente emitidas distribuidas de este modo: el sector de energía es responsable del 58%, transporte del 28% y residuos del 14%.
El plan de acción climática está formado por una serie de 24 acciones que permitirán llegar al objetivo de reducir las emisiones. Algunas son medidas a mediano plazo y otras demandarán más tiempo. Una cuarta parte de las acciones propuestas se alinean dentro del concepto de ciudades cercanas o «ciudades de 15 minutos», que promueve C40, como la creación de nuevas áreas peatonales, de calles verdes o calles de encuentro, o la profundización de la política urbana en la que el peatón realmente sea la prioridad. Con más espacios exclusivos para bicicletas, con zonas más seguras e iluminadas y con estacionamientos para ciclistas, con el reordenamiento de los recorridos de los colectivos para lograr un transporte público más rápido y eficiente.
¿Por qué? Porque son acciones que en corto tiempo significan un cambio en la calidad de vida de los vecinos e impactan en la emisión de gases efecto invernadero al disminuir los desplazamientos, sobre todo en auto.
La pandemia lo aceleró
Según apuntan los expertos internacionales, la pandemia propició el entorno adecuado para repensar y modificar el estilo de vida de las ciudades para convertirlas en ámbitos sustentables. La ciudad de los 15 minutos es una respuesta original al problema del cambio climático, porque más allá de soluciones como el cambio en la matriz energética, en el manejo de los residuos y en el uso de combustibles, permite producir cambios a corto plazo, y bajar las emisiones, a través de lograr una disminución de los desplazamientos.
«Antes del aislamiento social obligatorio, teníamos una vida frenética sin suficiente tiempo para estar en contacto con nuestros afectos y familia. El tráfico contaminaba el aire y hacía negro el cielo. ¿Y si pudiéramos volver a empezar? ¿Y si pudiéramos crear una nueva normalidad en la que otra vez pudiéramos ser dueños de nuestro tiempo, de nuestra salud y del bienestar de nuestra comunidad? Esta es la idea detrás de las ciudades de 15 minutos. Un movimiento global que busca hacer nuestras vidas en las ciudades más placenteras, menos estresantes y sostenibles. Donde todo queda cerca. Es una ciudad donde todo lo que necesitamos está cerca de casa. Es una ciudad en la que con un pequeño viaje podemos conseguir alimentos fresco y cuidados de salud. Y en la que podemos trabajar cerca de tu casa o trabajar remoto con más frecuencia», explica un video de C40, en el que se recomienda a las ciudades aprovechar la coyuntura de la pandemia para impulsar este cambio.
Creación de nuevas áreas peatonales, de calles verdes o calles de encuentro, o la profundización de la política urbana en la que el peatón realmente sea la prioridad son algunos de los cambios que promueve este movimiento
Creación de nuevas áreas peatonales, de calles verdes o calles de encuentro, o la profundización de la política urbana en la que el peatón realmente sea la prioridad son algunos de los cambios que promueve este movimiento
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En Buenos Aires, la cuarentena no solo generó una nueva normalidad sino que instaló el concepto de nueva espacialidad, muy cercano al de las ciudades de 15 minutos, explicó Renzo Morosi, presidente de la Agencia de Protección Ambiental.
La nueva espacialidad que trajo la pandemia acelerará el proceso de áreas peatonales y el uso de los negocios de proximidad, en detrimento del uso del auto. “Esto es muy positivo. No solo aumentó exponencialmente el uso de vehículos limpios como la bicicleta, sino que a pesar de que muchas actividades volvieron, el uso del automóvil no se recuperó a los valores de la prepandemia. Esto nos da una gran oportunidad. También el hecho de que los vecinos se acostumbraron en pocos meses a resolver casi todo de forma cerca y que las empresas comprobaron que sus empleados podían trabajar de manera remota. Eso es un gran avance”, explicó Federico García, director de Políticas Ambientales de la Ciudad.
Este es el tercer plan de acción climática que presenta la ciudad ante esta red de ciudades comprometidas con el cambio climático. La matriz de predicciones de los impactos del cambio climático en Buenos Aires que hace C40 anticipa que en los próximos 10 años en la ciudad aumentarán las inundaciones y las olas de calor.
“El vecino empezó a ver que podía resolver la mayor parte de su agenda diaria en su barrio. Algunos de los beneficios de la pandemia fueron demostrar que esto es posible. Que podemos resolver la mayoría de nuestras necesidades en la cercanía”, insistió Morosi.
Desde que empezó la pandemia, los vecinos de la ciudad usan menos el auto, caminan más, usan muchísimo más la bicicleta, ante la dificultad del uso del transporte público y por esta razón dejaron de frecuentar prácticamente las zonas céntricas de la ciudad. También aumentó la concurrencia a las ferias de productos frescos que organiza la ciudad en espacios abiertos.
“¿Y si no volvemos a la vida como era? ¿Y si volvemos a un futuro más seguro, limpio, ordenado en el que tengamos tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas?”, propone el video de C40.