La Ciudad premió a los alumnos porteños por su conciencia ambiental
Milagros Belén Ursi Gumelli, una alumna porteña de tan sólo ocho años plasmó en su dibujo conceptos fundamentales sobre la importancia que tienen los árboles. La obra que la consagró ganadora de la segunda edición del concurso «Mi árbol, un mural» muestra un cielo celeste que rodea a un árbol con unas grandes flores fucsias en su copa verde.
El concurso, organizado por la Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado junto con el Ministerio de Educación, contó en esta edición con 566 dibujos de alumnos de 23 escuelas y 2.180 votos de los vecinos de la Ciudad. La obra de Milagros, la pequeña artista de 8 años del barrio de Flores, obtuvo 898 votos.
«El proyecto nació de la idea de ofrecerle a los vecinos más chicos de la Ciudad un lugar en el cual expresar la importancia de nuestro bosque urbano. La alta participación y la creatividad de los trabajos presentados muestran el interés que la temática despierta en las nuevas generaciones», explicó Julia Domeniconi, secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal. «En esta ocasión, recibimos 566 dibujos de alumnos de nivel inicial, primario y educación especial que enviaron sus obras a través de sus escuelas», agregó.
Milagros vive en Flores con su mamá Karina, su hermana Sol, su perra Kira y su gata Lila. El lila y el verde agua son sus colores preferidos. Disfruta de jugar con sus muñecas, comer panchos, correr por las plazas de la Ciudad y trepar a sus árboles. Cuando empieza a hacer calor prepara su traje de baño a la espera de alguna invitación a una pileta: ama el agua y hace un mes empezó natación. No es la primera obra de arte de Milagros. A ella le gusta crear: dibuja y hace manualidades. Caja que ve, caja que lleva a su casa. Agarra cartones y papeles de colores y los convierte en fantásticos vestidos, muebles de diseño para sus muñecas o lo que su imaginación conciba. Asiste al tercer grado del Colegio Armenio Arzruni en el barrio de Flores. En el colegio a ella y a sus compañeros los invitaron a participar del proyecto «Mi árbol, un mural» y la maestra les explicó la consigna. Ella no dudó en sumarse.
«Mi árbol, un mural» tiene tres etapas. En la primera, se elaboran las piezas gráficas. Los maestros de las instituciones educativas inscriptas les explican la consigna a sus alumnos y alumnas del nivel inicial y del primer ciclo del primario. Los chicos y chicas interpretan la consigna desarrollando obras que reflexionen sobre la importancia de los árboles en el medio ambiente. Luego, se envían los trabajos. Este año participaron 566. “Es importante generar espacios como «Mi árbol, un mural» para que los más chicos y las más chicas puedan reflexionar sobre su entorno y ser más conscientes de la importancia de cuidarlo. Generar desde la primera infancia un vínculo de amor con las plantas y los árboles que los rodea es elemental para formar adultos ecológicamente responsables”, señaló Victoria Roldán Mendez, subsecretaria de Gestión Comunal.