Espacios junto a las ciclovías para estacionar en Buenos Aires
Con una intervención en las ochavas de todos los barrios porteños se ganaron 22.000 nuevos espacios para estacionar. Para ello se redujo la extensión de los cordones amarillos donde se prohibía dejar los vehículos. La medida sirvió para atenuar un problema de toda la ciudad, el de la falta de espacio público en las calles, aunque parece no haber alcanzado ante la demanda de un parque automotor creciente.
Por esta razón la Secretaría de Transporte y Tránsito de la ciudad aplicará una prueba piloto con el objetivo de generar mayor cantidad de espacios para estacionar. ¿Dónde? Al lado de algunas ciclovías que corren en calles de un ancho superior a los diez metros, de mano única y que no tengan circulación de colectivos. General César Díaz será la primera traza en contar con estacionamiento paralelo.
La resolución permitirá comenzar con las obras de acondicionamiento de la ciclovía entre las calles Chivilcoy y Artigas, una traza de 1870 metros de extensión entre los barrios de Floresta, Villa Santa Rita y Villa General Mitre. El tramo donde se podrá estacionar será de Chivilcoy a Nazca, en unos 1300 metros.
Buenos Aires representa un desafío para la movilidad urbana, sobre todo aquellos barrios con alto flujo de circulación. Todos los días ingresan a la ciudad unos 700.000 vehículos que se suman a una plaza estable de 900.000 autos particulares, 10.000 taxis y 37.000 colectivos.
Las plazas disponibles para estacionar superan las 356.000 después de la modificación de las esquinas (antes eran 334.654 espacios). Cuando se ponga en marcha el nuevo sistema del estacionamiento medido (se estima que en los próximos meses) se prevé que el 78% de los lugares sigan siendo gratuitos y que el 26% sean pagos. Es decir, el nuevo sistema contempla que 86.768 espacios sean monitoreados por al menos 2.000 parquímetros. Hoy se debe pagar en 4.000 de ellos.
La prueba piloto que comenzará a aplicarse en una de las ciclovías surgió a partir de reuniones y talleres con vecinos realizados en distintos barrios de la ciudad. En esos encuentros una de las mayores demandas giraba en torno a la cantidad de espacios disponibles para estacionar.
«El trabajo en conjunto con los vecinos se realizó con la intención de delinear soluciones de movilidad en conjunto y estudiar continuamente nuevas posibilidades de mejora. En esta oportunidad avanzamos con una propuesta que busca optimizar el espacio de estacionamiento en línea con la experiencia de otras ciudades del mundo», explicó Juan José Méndez, secretario de Transporte de la ciudad.
Algunos de los modelos estudiados son los de Copenhague (Dinamarca), New York (Estados Unidos), Santiago de Chile (Chile) y Barcelona (España), entre otros.
Los espacios para estacionar tendrán, del lado del conductor, un espacio de un metro de ancho entre la ciclovía y el sector para estacionar. Como si fuese una senda peatonal este sector deberá ser utilizado para descender de los vehículos sin invadir la ciclovía. De esta forma se preservaría la seguridad vial de los peatones, ciclistas y automovilistas.
El estacionamiento paralelo no será aplicable a los ejes ya existentes y solo se podrán contemplar a las trazas de ciclovías a construirse y en aquellas que se encuentren en calzadas que cumplan las características antes mencionadas.
En algunos barrios esto ya sucedía a diario, pero sin estar habilitado por ley: ante la falta de lugar para estacionar, autos dejados uno detrás de otro al lado de una bicisenda.