El funcionamiento de los templos religiosos en pandemia
Desde el 22 de julio se habilitó el ingreso a los templos. Se trata de una medida que va en línea con el Plan integral y gradual de puesta en marcha de la Ciudad de Buenos Aires, centrado en el bienestar de todas las personas que viven, estudian y trabajan en ella. La misma, contempla el acceso para la oración individual de fieles según protocolo y permite nuevamente la grabación de las celebraciones por streaming.
“Estamos convencidos de que en estos momentos la dimensión espiritual es fundamental para muchos vecinos y vecinas. Por eso, se habilita el ingreso a los templos para que los fieles puedan tener un momento de oración individual siempre guardando la distancia de seguridad y tomando los recaudos según el protocolo”, destacó Federico Pugliese, Director General de Entidades y Cultos de la Ciudad de Buenos Aires. Pueden acceder hasta 10 personas para rezar en forma individual.
Consultados por la medida, varios referentes de los credos que conviven en la Ciudad de Buenos Aires señalaron la importancia de poder volver a los templos en la vida de los fieles. El Padre Gastón Lorenzo, de la Basílica del Pilar, expresó: «Para muchos la iglesia es su propio hogar y volver a abrir las puertas es como entrar en casa». En tanto, el presidente del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), Aníbal Bachir Bakir, sostuvo que es una bendición de Dios que se pueda volver a las mezquitas y agregó: «Dios quiera que cada orante pueda volver a su templo, más allá de la religión que practique, porque los que estamos atados espiritualmente a Dios a través de las mezquitas, sabemos que es un lugar muy importante para nuestra vida espiritual».
En el protocolo para el funcionamiento de lugares de culto para prevención y manejo de COVID-19 se precisa que se habilita un máximo de diez fieles para la oración individual, no pudiéndose dar en simultáneo con la grabación o transmisión de las celebraciones. Además, las personas que asistan deberán hacerlo utilizando tapaboca y tomando las medidas sanitarias correspondientes.
En la puerta de entrada de los templos deberá permanecer una persona que supervisará el número de ingresantes. Y, entre otros detalles, no podrán ingresar ni quienes realicen tareas, ni voluntarios o fieles que pertenezcan a los grupos de riesgo.
«Con las distintas comunidades de fe que conviven en la Ciudad venimos buscando juntos desde el comienzo de la pandemia las mejores vías para transitar un camino de apertura gradual y responsable”, concluyó Pugliese.
Entre las iniciativas conjuntas del Gobierno porteño y los referentes de los distintos credos, se destaca la disposición de vacunatorios en diferentes iglesias, los centros de donación voluntaria de sangre y plasma, voluntariados, comedores, trabajo de contención y una red de asistencia espiritual.