Proyectan regular decks en veredas porteñas
Es común encontrarse por las veredas de la Ciudad de Buenos Aires, que bares y restaurantes, utilizan partes de las mismas para ofrecer mesas al aire libre, donde se permite fumar. En este caso, la Legislatura porteña quiere regular la incorporación de decks para el mismo tipo de uso. Actualmente, existen 72 puestos por la Ciudad que mantienen comerciantes.
La Legislatura porteña tratará la semana que viene un proyecto para que los bares y restaurantes puedan ocupar con decks parte de las calles para poner mesas y sillas. La idea es que los privados instalen plataformas de madera similares a las que ya puso la Ciudad en algunas cuadras para liberar las veredas.
El proyecto se basa en modificar el Código de Tránsito, ya que se le quitará espacio a las calzadas. En la sesión del jueves 28 será tratado este plan.
Los legisladores que proponen esta acción, dicen que con las plataformas “los vecinos podrán disfrutar de áreas de esparcimiento y ocio de una manera más cómoda sin obstruir la libre circulación de peatones ni vehículos”. En todos los casos, los privados deberán contar con la autorización de la Ciudad. Los establecimientos gastronómicos que tienen mesas en las veredas ya pagan una tasa por lucrar en el espacio público.
Tras una primera experiencia en varias calles transversales a la avenida Pedro Goyena, en Caballito, el Ministerio de Espacio Público lanzó en enero el plan para instalar las “plataformas de esparcimiento” en cuadras de San Telmo, Monserrat, Almagro, Barracas, Saavedra y zonas gastronómicas como Las Cañitas o el bulevar Cerviño. Ya hay 72 decks. La Ciudad los instaló y los comerciantes se encargan del mantenimiento. Son estructuras de madera y metal, con una baranda y canteros con plantas. Fueron ubicados en calles comunes de mano única y ocupan el lugar que podrían usar uno o dos autos estacionados. En todos los casos, la Secretaría de Transporte constató que no afectaran la circulación del tránsito. Estas plataformas permitieron liberar las veredas, porque los comercios gastronómicos mudaron allí las mesas y sillas que antes obstruían el paso de los peatones.