Carta abierta a los directivos de la AMIA

 

Articular históricamente lo pasado no significa conocerlo «tal y como verdaderamente ha sido». Significa adueñarse de un recuerdo tal y  como relumbra en el instante de un peligro

 

Walter Benjamin


La memoria es un acto del presente, no del pasado. Son acciones y acontecimientos con los que provocamos a la realidad. La memoria no es un hecho declamatorio donde se dice recordar el pasado, es una praxis política. Pero la memoria es también un acto de poder y de dominio porque posibilita que algunos se adueñen de significados y sentidos clausurando le reflexión, el análisis crítico, el compromiso con la justicia y la lucha por la equidad.


 La memoria vive o muere, cobra sentido liberador o asume su rol de carcelero en las palabras con las que hablamos. Por ello debemos recuperar dos pensamientos. El primero pertenece a Ivonne Bordelois quien afirma: “La palabra sola no puede salvarnos, pero no podemos salvarnos sin la palabra”. El segundo concierne a la película La cuestión humana y resume las experiencias de un niño, que ejerce su memoria en la lucidez del hombre que ahora habla estando más próximo a la muerte y dice:

La lengua es un poderoso medio de propaganda. Es el más público y, al mismo tiempo, el más secreto. El efecto de la propaganda no es producido por discursos, artículos y panfletos. Se filtra en la carne y la sangre de la gente. ¿Sabe que ya no hay pobres? Ahora es “gente de bajos ingresos”. Ya no se habla de “cuestiones”. Por ejemplo de “cuestiones sociales”. Ahora son “problemas” que los especialistas segmentan en una serie de hechos técnicos. Para cada uno encuentran la solución óptima. Fórmulas eficaces. Pero palabras vacías de todo sentido. Es un colapso de la lengua. Una lengua muerta, neutral, invadida por palabras técnicas. Una lengua que absorbe poco a poco su humanidad.

Por supuesto que la AMIA reclama por la memoria y la define como uno de sus valores. Pero en qué sentido lo hace, porque parece ejercer el recuerdo de una forma paradójica a través del olvido de aquello que dice rememorar. Las palabras se expresan con toda su poderosa crueldad, escapando de lo que parece ser una ingenua invitación a una actividad en un caluroso verano. La AMIA nos convoca a un aprendizaje lúdico de la siguiente forma:  

AMIA para Chicos presenta:

Vacaciones con Sombrilla – “Ciencia con Experiencia”

Miércoles 4, 11, 18 y 25 de Enero, 18hs

Auditorio AMIA

AMIA para Chicos presenta: Vacaciones con Sombrilla

PakaPaka – “Ciencia con Experiencia”

Con la “Prevención” como premisa e hilo conductor de la obra, los protagonistas hablarán sobre prevención primaria de la salud, sanas costumbres para estar saludable y lo importante de estar sanos y fuertes.

Sin entradas. Edad recomendada: De 5 a 14 años.

Departamento de cultura AMIA. Las mejores propuestas. Siempre. 4959-8892

Estar sanos y fuertes fue uno de los ideales que guiaron a los eugenistas de las primeras décadas de la pasada centuria, quienes implementaron acciones para el mejoramiento genético de las poblaciones humanas. Países como Estados Unidos, Suecia o Dinamarca, establecieron en la primera mitad del siglo XX programas de esterilización forzada. Más tardíamente lo haría la Alemania nazi.

No se trata de ideales biológicos como estar sanos y fuertes se trata de tener la mejor vida posible que los logros humanos, sean estos tecnológicos, artísticos, médicos, etc.,  posibilitan. Lamentablemente esto le está vedado a la mayoría de la humanidad. Todo discurso que roce ideales de perfección biológica es sospechoso aunque quien lo declame lo haga en nombre de los más loables objetivos. Simplemente yo tengo derecho a esa mejor vida que también reclamo para todos, con mis incapacidades, mi estupidez, mis enfermedades y mis debilidades.

En 1927 Carrie Buck fue esterilizada por las leyes eugenésicas aprobadas en el estado de Virginia. Poco después lo fue su hermana Doris. Al respeto escribe el biólogo evolucionista Stephen Jay Gould:

Uno puede hacer un frío cálculo y decir que la decepción de Doris Buck nada significa en comparación con los millones que han muerto en las guerras para justificar designios de dementes, o la arrogancia de los gobernantes. Pero ¿acaso se puede medir el dolor de un solo sueño insatisfecho; l esperanza de una mujer indefensa, frustrada por el poder público en nombre de una ideología que pretende la purificación de una raza? Valga el testimonio simple y elocuente de Doris Buck como representación de millones de muertes y frustraciones, y que nos ayude a recordar que el Shabbath se ha hecho para el hombre y no el hombre para el shabbath.

Podrá parecer exagerada la cita, pero son las pequeñas concesiones las que horadan la piedra y abren el camino para que nos parezca natural que las personas estén sanas y fuertes y quien no pueda…la historia habla.

No hay excusa alguna para que la AMIA, que dice reivindicar la memoria, hable con las voces que reclaman por la perfección biológica.

Eduardo Gabriel Wolovelsky

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