Piden que llegue a Buenos Aires una app para pedir taxis que manejen mujeres
Este emprendimiento, nacido en Rosario y denominado SHE TAXI, tiene el objetivo de ir contra el acoso y la inseguridad. En su primer mes recibió 18.000 solicitudes de viaje. Están reclamando que también se implemente en Ciudad de Buenos Aires, pero según las normas quedan fuera sus posibilidades.
En la Capital Federal, según cifras oficiales, hay 500 mujeres conductoras, sobre 37.000 licencias de taxis.
La app fue diseñada con la idea de dar un servicio seguro tanto para mujeres taxistas como para sus pasajeras, registrandose solo con correo electrónico es suficiente para acceder al servicio.
La normativa de la Ciudad de Buenos Aires dice que “se podrá contratar un servicio de taxi, entre otras opciones, por internet, a través de radiotaxis autorizados o mediante la aplicación oficial BA Taxi, restringiendo la posibilidad de realizarlo, por ejemplo, mediante aplicaciones móviles que no dependan de las centrales de radio taxis o del Gobierno de la Ciudad”, refiere el recurso de amparo presentado ante la Justicia porteña por el abogado de Juncos, Martín Castro, que aún espera respuesta.
EL servicio de She Taxi es gratuito. Se trata de una aplicación para dispositivos móviles que permite pedir taxis conducidos por mujeres. En la ciudad santafesina funciona desde diciembre y ya cuenta con más de 10. 000 usuarias activas y 68 conductoras registradas. “En el último la aplicación de desargó 20.000 veces a celulares y contaron con 18.000 solicitudes de viajes, aunque aún no cuenta con la cantidad de taxis suficientes para cubrir tanta demanda.
“Nos encontramos con una normativa totalmente irrazonable y arbitraria, por un lado, e incongruente con las tecnologías de las que los ciudadanos disponemos, y de las políticas públicas de modernidad y sustentabilidad ambiental que el Gobierno de la Ciudad dice aplicar”, sostiene el escrito, en referencia a los dos artículos de la Ley 5.627, sobre los que quieren hacer valer la medida cautelar.
El reclamo llega en tiempos en los que sigue el litigio con la empresa Uber, la aplicación para contratar viajes que desembarcó en Buenos Aires el año pasado y, aunque sigue operando, la Justicia y el Gobierno porteño sostienen el reclamo de que se adapte a las regulaciones locales de transporte de pasajeros.
“Es un poco arbitraria la cosa, porque si somos pro ambiente, no me lleves a ocupar un espacio físico que podría servir para otra cosa en vez de una oficina con una antena para el sistema de radio taxi. Y si somos pro tecnología, no me hagas implementar ese sistema cuando hay opciones superadoras”, alega María Eva, que mantiene contacto con varias taxistas registradas en Capital.
“El tema de la seguridad es lo que más preocupa a las que trabajan en Buenos Aires. Y también a las que viajan. Y con esta aplicación lo más importante es establecer un respeto mutuo entre pasajera y taxista”, indica.
Por eso, explica la mujer, hay seguimiento de casos con la aplicación y se envían notificaciones a ambas partes. “También se puede desactivar un usuario, en caso de acusaciones o abusos reiterados de confianza o falta de respeto, de un lado o del otro”.
María Eva es tajante. “Nos estamos metiendo en un terreno que históricamente fue de los hombres”, sentencia. Sin embargo, no retrocede en su proyecto de ampliar la red de cobertura de la aplicación hasta los límites de la Ciudad.
“El tema clave es que existe un vacío legal con las nuevas tecnologías y, al no ser una empresa y no ganar dinero, por She Taxi no pueden cobrarme impuestos”, agrega la conductora. Y suma: “Entonces, si lo que quieren es regular, que creen un impuesto virtual: yo pagaría con gusto ese impuesto a la virtualidad”, ofrece. Y abre una puerta para poder subirse a esta iniciativa en territorio porteño.