Nuevo centro de aislamiento en Costa Salguero para pacientes de Covid-19

Diez enfermeros, dos médicos, 120 trabajadores sociales y un equipo logístico con profesionales de otras áreas porteñas. Casi 800 camas, 30 duchas, una sala de cine para 100 personas, y áreas de comedor y recreación con biblioteca, metegol, mesas de ping pong y sector de manualidades. Así es el nuevo centro de aislamiento que el Gobierno porteño abrió en Costa Salguero para pacientes con síntomas leves de Covid-19 que puedan valerse por sí mismos y, en principio, que vengan de paradores y barrios vulnerables.

Los primeros en llegar son entonces quienes vivían en situación de calle y fueron a los paradores, sobre todo si están solos: en este nuevo centro pueden tener más interacción social y contención. Pero esto podría variar según la situación y la demanda de las próximas semanas. Mientras tanto, las familias que viven en barrios vulnerables y tengan síntomas leves del virus podrán hacer el aislamiento juntos en los hoteles destinados a ese fin, que ya no reciben a viajeros en cuarentena.

Las 798 camas disponibles en el Centro Costa Salguero están divididas en cinco sectores, tres para hombres y dos para mujeres, a tono con la tasa de contagio del virus según género que se registró al principio del brote, brecha que sin embargo cada vez se acorta más.

En un sexto sector funciona el área logística, operada por 285 personas, entre ellas 40 jefes de turno, 75 orientadores, diez enfermeros, un médico clínico, un médico psiquiatra y 18 encargados de la admisión y el egreso, quienes controlan la puerta de acceso, hacen el registro de ingreso y egreso, y reciben envíos de familiares. Además, se anunció que hay una ambulancia disponible permanentemente para trasladar a pacientes a los hospitales Fernández o Rivadavia en caso de que sus síntomas se agraven.

Entre los más numerosos en ese equipo logístico están los llamados “promotores de la Salud”, 120 trabajadores sociales que cumplen tareas de contención de los pacientes y que son los únicos que pueden estar en contacto estrecho con ellos. Excepto el personal de salud, el resto del equipo está conformado por trabajadores de otras áreas de la Ciudad que ahora se abocan a estas tareas.

Como se ve, se destinó al centro más personal de contención que sanitario. Desde el Gobierno porteño explicaron que, al tratarse de casos leves, estos pacientes no requieren atención médica especial sino un simple seguimiento de sus síntomas. Dado que quienes se alojen allí vivían, en la mayoría de los casos, en condiciones de vulnerabilidad social, la clave de este centro es entonces “garantizar su cuidado y ofrecerles un espacio confortable mientras transitan la enfermedad”.

Es por eso que se programó además una agenda de talleres, música y actividades culturales y de esparcimiento, como talleres de manualidades a través de pantallas en cada sector, metegoles y mesas de ping pong, lectura y música. Incluso habilitaron una sala para ver películas con capacidad para 100 personas. Y hay Internet en todo el complejo para que «los pacientes puedan mantener contacto con el exterior».

Desde el Gobierno porteño remarcan además que para cada proceso se elaboraron protocolos específicos aprobados por el Ministerio de Salud de la Ciudad. En ese sentido, por ejemplo, las sábanas se cambiarán al menos cada tres días o cuando la cama comience a ser usada por otro paciente. El ambo, las toallas y el kit de aseo, en tanto, se cambiarán todos los días al momento de bañarse.

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