La historia del icónico edificio del centro porteño que se ve como en 1876
Corría el año 1872 cuando en una Argentina con pocos años de historia comenzó la construcción de uno de los primeros bancos del país: el Banco Hipotecario de la Provincia de Buenos Aires. Para 1876, la elegante fachada europea de la construcción se erguía terminada en plena Capital Federal y más de medio siglo después se convirtió en la primera sede del Banco Central.
El paso del tiempo, sin embargo, hizo lo suyo y opacó el brillo que supo tener en sus días de gloria. Casi 150 años después, un grupo de especialistas puso manos a la obra y le devolvió su esplendor original gracias a un exhaustivo trabajo de restauración.
Los artífices del edificio fueron el arquitecto inglés Henry Hunt y el alemán Hans Schröeder, considerados pioneros de la arquitectura bancaria argentina por darle vida al edificio ubicado en la calle San Martín al 275 y a otros como el Banco de Londres (1867) y el Banco de la Provincia de Buenos Aires (1874), hoy demolidos.
El edificio demoró cuatro años en construirse y fue hogar de numerosas instituciones: en 1888 pasó a ser ocupado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y en 1912 se destinó a la Caja de Conversión. Fue recién en 1935 cuando se creó el Banco Central que se decidió radicar allí su primera sede. Esta construcción tiene una rica historia arquitectónica y es uno de los íconos de la ciudad de Buenos Aires, constituida por varios edificios en la manzana delimitada por las calles San Martín, Reconquista, Teniente General Perón y Sarmiento. A este grupo se le suma el inmueble de San Martín 216, ubicado en la manzana contigua.
“Este edificio es un exponente de la corriente italianizante del segundo período, ya que su ornamentación es mucho más abundante que la que se encuentra en San Martín 216, donde funcionan otras oficinas del banco. La fachada es monumental, con columnas y pilastras que abrazan los dos pisos”, detalla la página web del BCRA.
Su historicidad fue coronada en 2005 cuando se lo declaró Monumento Histórico Nacional a través del Decreto Nacional 1.563. La relevancia de la construcción se mantiene hasta el día de hoy, y es por eso que en 2022 se inició un proceso de restauración que terminó en la primera semana de septiembre de este año.
Para esta tarea, las autoridades del BCRA comunicaron que se realizó un estudio con cateos estratigráficos y análisis de laboratorio para determinar su coloración y composición original. También se buscó material documental histórico y se recolectaron datos constructivos para elaborar el Pliego de Especificaciones Técnicas y contratar los servicios necesarios.
La obra de restauración fue aprobada y supervisada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. El proceso incluyó limpieza, retiro de adiciones y elementos con peligro de desprendimiento, refuerzos estructurales y recomposición de símil piedra de la construcción histórica.