Primeros colectivos eléctricos en Buenos Aires
Sin combustible ni emisión de gases contaminantes, menos ruidosos, con un bajo costo de mantenimiento y una autonomía superior a los 200 kilómetros. Así son las características principales de los primeros colectivos eléctricos que comenzaron a circular la semana pasada en la ciudad de Buenos como parte de una prueba piloto de una flota que contempla otras seis unidades que se irán sumando próximamente.
Los dos primeros colectivos que circulan son de la línea 59 que une la estación Buenos Aires del tren Belgrano Sur con Munro, en Vicente López. Luego se irán sumando otros a las líneas 12, 34 y 39. Estas dos unidades hacen el recorrido habitual de la línea.
La autonomía es variable y depende de cada equipo. Los dos de la línea 59 son de carga lenta, es decir, necesitan entre dos y cinco horas para cargar al 100% las baterías y lo hacen en horario nocturno. Los de carga rápida demandan 20 minutos para obtener una carga del 80%, pero su autonomía es de hasta 70 kilómetros contra los 220 kilómetros de los primeros. En esta primera etapa habrá cuatro unidades de cada grupo.
En el Primer Foro de Alcaldes Latinoamericanos C40, el gobierno porteño firmó un acuerdo para el recambio de todos los vehículos de transporte automotor antes de 2020. Si bien el plazo se va a extender, este primer paso permite avanzar en el tema en toda el área metropolitana donde circulan 18.000 unidades.
En enero pasado se confirmó el inicio de las pruebas que tienen como objetivo evaluar, durante un año, la viabilidad técnica de ampliarlo a la mayor parte de las unidades. Los resultados serán evaluados junto al Banco de Desarrollo para Latinoamérica (CAF).
Las primera ocho unidades son ecológicas, no necesitan de combustible para funcionar y no emiten gases contaminantes por lo que mejoran la calidad del medio ambiente. Además, producen menos ruido que los colectivos convencionales y ayudan a disminuir la contaminación sonora.
Entre los ministerios de Transporte de la Nación y la secretaría de Transporte de la Ciudad se lanzó, en 2017, una convocatoria pública a empresas de colectivos que estuviesen interesadas en aplicar esta tecnología. A cambio de la participación se les ofreció a los privados una serie de incentivos, además de la instalación de los equipos necesarios para la carga de las unidades eléctricas. Entre otros beneficios, los colectivos utilizados en las pruebas no tuvieron que abonar el arancel de importación sobre el valor de la unidad, del 35%.
Todo eléctrico
Para 2030 toda la flota de colectivos de la región metropolitana de Buenos Aires podría ser eléctrica. Así lo sostiene una investigación de dos ingenieros industriales argentinos que realizaron una modelización para incorporar por etapas este tipo de movilidad, por la que obtuvieron un premio en el último Congreso Mundial de Energía, realizado en noviembre pasado en Estambul, Turquía.
El trabajo premiado, «Hoja de ruta y evaluación del impacto en infraestructura para introducir la electromovilidad en Buenos Aires», desarrolla la posibilidad y factibilidad de planificar la electrificación gradual del sistema urbano de buses que, aunque representa menos del 1% de las unidades que circulan en el distrito, genera el 25% de los gases de efecto invernadero (GEI), que provocan el cambio climático.
Gastón Turturro, miembro de la Comunidad de Líderes Energéticos del Cacme (Comité Argentino del Consejo Mundial de la Energía), y Matías Ubogui, de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (Aavea), presentaron el trabajo en el último congreso mundial: «Creemos que son el principal tema a abordar porque son los que más contaminan en términos marginales. Representan menos del 1% de las unidades de combustión interna y producen un cuarto de la contaminación que se genera», indicó Tuturro.
Según los modelos que desarrollaron los investigadores, es factible avanzar con la transformación en la ciudad: «La electrificación debería ser gradual. Entendemos que el tema de la energía es una de las cuestiones que se están abordando en la Argentina, pero estimamos que para 2020 el 25% de la flota ya podría ser eléctrica», arriesgó.