La Ciudad hizo peatonales las calles adyacentes a los parques
Después del desborde en la noche del lunes 8 de junio, el gobierno porteño sumó espacios para quienes quieren hacer actividad física de 20 a 8.
Las imágenes de cientos de personas corriendo en la noche del lunes, muy cerca unas de otras, por Palermo, Parque Centenario y otros parques de la Ciudad de Buenos Aires, pareció poner en crisis las medidas de distanciamiento social que son clave para el combate contra el coronavirus. El permiso a los porteños para que salgan a correr, trotar, caminar o andar en bicicleta en horas nocturnas fue en su debut un motivo de preocupación para los epidemiólogos.
El primero en expresarse fue Eduardo López. El jefe de Infectología del Hospital Gutiérrez pidió a los runners que contemplen la distancia de cuatro metros, observó que “por momentos hubo algunos que estaban trotando o corriendo muy pegado al otro, no guardaron la distancia social”, y alertó que «sería desafortunado que por 48 horas se tomara una medida de restricción”. Para la infectóloga Florencia Cahn, que también integra el consejo de asesores de la Presidencia, lo ocurrido en la noche del lunes parecía “una peregrinación, todo lo contrario a lo que estamos recomendando”.
El aluvión de corredores nocturnos, prácticamente todos sin tapaboca (algo lógico, pues impide respirar correctamente mientras se hace ejercicio físico), se convirtió en un dilema para el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, que evalúa modificaciones en los horarios habilitados, concretamente adelantarlo. Las autoridades porteñas dejaron entrever que si la curva de contagios crece a un ritmo más acelerado que en los últimos días, podrían rever la apertura dispuesta para los runners.
Antes de que escalara la polémica por el permiso a una actividad que parece echar por tierra con todas las restricciones sanitarias vigentes desde el inicio de la cuarentena, el gobierno porteño dio una primera respuesta al dilema runner: las avenidas y las calles adyacentes a los parques se transformaron en peatonales desde las 19:30 hasta las 22 para descomprimir el colapso de personas deseosas de salir a hacer actividad física, sin modificar el horario, que seguirá siendo de 20 a 8 de la mañana. En total, se sumaron unos 14 kilómetros lineales para los runners, con la restricción al tránsito vehicular alrededor de ocho parques: Tres de Febrero (el Rosedal de Palermo), Centenario, Lezama, Saavedra, Patricios, Chacabuco, Avellaneda y la Plaza Arenales. La habilitación de calles aledañas supone un despliegue extra de personal policial y logística.
El mapa de los cortes de calles para los runners
Rosedal en el barrio de Palermo. Corte de Figueroa Alcorta, desde Sarmiento hasta La Pampa. Y en las calles internas del Lago de Regatas. Cierre de las calles Tagle y Austria, entre Figueroa Alcorta y Libertador en plaza República Oriental del Uruguay.
Parque Centenario. Se corta un anillo de Patricias Argentinas y corte de Warnes, de Araoz a Ángel Gallardo.
Parque Lezama. Se cortan Av. Brasil, entre Paseo Colón y Defensa, y Defensa, entre Brasil y Uspallata.
Parque Saavedra. Se cortan Av. García del Río, entre Crámer y Pinto y las calles del anillo perimetral del Parque.
Parque Patricios. Se cortan Pepirí, entre Caseros y Uspallata, y Uspallata, entre Monteagudo y Pepirí.
Parque Chacabuco. Se cortan Asamblea, entre Emilio Mitre y Curapaligüe, y Curapaligüe, entre Asamblea y Perón.
Plaza Arenales. Se cortan Av. Salvador María del Carril, entre Segurola y Emilio Lamarca. Corte parcial de Nueva York y Bahía Blanca (perimetral al parque) y corte total de Pareja y Mercedes, perimetral al Parque.
Parque Avellaneda. Se cortan Lacarra entre Bilbao y Avenida Directorio, y Directorio entre Olivera y Lacarra.