Templo Libertad, la sinagoga más antigua de Buenos Aires

La Sinagoga de la Congregación Israelita de la República Argentina, también conocida como Templo Libertad, se halla en la calle Libertad esquina con la Avenida Córdoba, frente a la Plaza Lavalle, en el centro porteño. Primera sinagoga construida en la ciudad, fue declarada Monumento Histórico Nacional el 29 de diciembre de 2000 por decreto 1.296.

Un poco de historia

El 27 de septiembre de 1897 los residentes judíos en Buenos Aires, unidos en la Congregación Israelita de Buenos Aires, colocaron en el actual terreno de Libertad 779, frente a donde se encontraba el llamado Palacio Miró, la piedra fundacional de la que sería la primera sinagoga de Buenos Aires, ceremonia a la que asistió el Intendente Municipal, Francisco Alcobendas.

El templo tardó 35 años en construirse y, debido al notable crecimiento de la comunidad judía, el edificio fue modificado en 1932 adquiriendo la fisonomía actual.

Está catalogado por el gobierno de la ciudad dentro los 50 edificios más valiosos levantados entre 1920 y 1970.

Su estilo posee influencias de las sinagogas alemanas de mitad del silgo XIX. La fachada se compone de un conjunto de arcos de medio punto rodeados por molduras y está ornamentada con símbolos judíos: en el centro se destaca la estrella de seis puntas, el sello de David. Sobre las puertas hay unas manos que representan la forma de bendecir de los sacerdotes antiguos. En lo alto de la fachada se divisan las tablas de los Diez Mandamientos y las rejas poseen motivos alusivos a las doce tribus.

La construcción está organizada a través de tres naves de gran altura. Tiene paredes internas revestidas con revoque símil piedra, piso de mosaicos graníticos y columnas de mármol. Posee capacidad para 700 personas, quienes se ubican en los antiguos asientos de madera con los nombres de los benefactores. Sobre el extremo oriental hay un ábside con vitraux que da luz natural sobre la Torá. Este ábside culmina en una media cúpula decorada con forma de ostra de color dorado, en cuyo centro se halla la estrella de David. En el subsuelo se encuentra un templo más pequeño para oficios varios.

La crisis económica de fines de los 90, junto a los cambios de hábitos de la sociedad porteña, hicieron que el templo estuviera a punto de ser clausurado. Pero luego se ingresó en una etapa de renovación que fue posible gracias a la creación del primer Minián igualitario. El Minián es un quórum mínimo de diez personas adultas requerido para la realización de ciertos rituales, el cumplimiento de preceptos o la lectura de oraciones. Tradicionalmente son diez varones la cantidad necesaria para crear el Minián, pero en algunas sinagogas como, por ejemplo, el Templo Libertad, pueden ser mujeres. Asimismo, luego del 2001, se reabrió́ el museo contiguo después de una renovación.

La Comunidad

En el seno de la Sinagoga de la Congregación Israelita de la República Argentina nacieron las principales instituciones judías de la región: Jevrá Kedushá, hoy AMIA; el Hospital Israelita; el Comité́ contra el Antisemitismo, hoy DAIA; la primera Conferencia Consultiva de Sinagogas Latinoamericanas y el Seminario Rabínico Latinoamericano.

El Templo Libertad está rodeado de otros dos edificios que pertenecen a la comunidad. En un petit hotel lindero (Libertad 773) funciona el Centro Comunitario de la Congregación, y en el edificio de Libertad 769, el Museo Judío de Buenos Aires Dr. Salvador Kibrick, que narra la historia de los hebreos inmigrantes de la Argentina y exhibe muestras de arte contemporáneas.

Visitantes ilustres

En 2018, la canciller alemana Angela Merkel, en visita oficial en la Argentina, inauguró el órgano que estuvo años descompuesto, un Walker construido en 1931 especialmente para este escenario; es uno de los tres Walker fabricados para sinagogas que actualmente sobreviven, ya que los instalados en templos judíos de Alemania fueron destruidos por el nacionalsocialismo.

Además de Merkel, el cardenal Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires devenido en el Papa Francisco, visitó el templo en 2007.

También el científico Albert Einstein pasó por el edificio cuando visitó la Argentina en 1925 para dar conferencias.

El sabio alemán permaneció en el país exactamente un mes, entre el 24 de marzo y el 24 de abril de 1925. Tenía 46 años y viajó acompañado de su esposa Elsa en el barco Capitán Polonio. Respondía a una invitación conjunta de la Universidad de Buenos Aires y la Sociedad Hebraica Argentina para brindar doce conferencias en las cuales el tema principal fue la Teoría de la Relatividad, su gran aporte a la humanidad.

«Quiero que, en la Argentina, en cuya capital reconozco un gran centro de cultura, se conozcan los fundamentos de mi teoría, tal como la entiendo y no bajo el aspecto en que me la presentan admiradores entusiastas que, en el calor de la polémica, la desfiguran muchas veces», puntualizó Albert Einstein durante su estadía en el país.

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